SANTO DOMINGO_En los últimos meses se ha convertido en casi una costumbre que en la mayoría de los hechos delictivos aparezcan menores involucrados, o que en las riñas barriales o de burdeles estén protagonizados por muchachas, en sus mayorías adolescentes.
Esta lamentable realidad se debe a dos factores fundamentales, que son la proliferación en el consumo de drogas y el sexo a destiempo, que se han convertido en una peligrosa epidemia de muchos barrios y comunidades.
Sería importante, que las autoridades comiencen a contemplar llevar a las escuelas un programa de educación de como prevenir los embarazos, pero sobre todo de como NO dejarse sucumbir en el mundo de las drogas
A propósito de que el presidente Danilo medina ha prometido aumentar el presupuesto de educación en forma considerable, bien podría la cartera del ramo buscar un acuerdo con el de Salud Pública para emprender un plan de instrucción de nuestras nuevas generaciones, porque por el camino que vamos, en poco tiempo es mucho lo que habremos de perder.
Es preciso dejar a un lado las cuestiones dogmáticas o sociales, y comenzar a decir a nuestras niñas los problemas en que podrían caer con un embarazo a destiempo, porque además, de que les estanca como personas, les pone en riesgos su derecho a vivir.
Lo mismo con las drogas, la mayoría de los muchachos que se están involucrando en hechos delincuenciales y criminales, es con el único objetivo de financiar el vicio de las drogas.
Cuando los menores se involucran en el mundo de las drogas, sin recursos para sostener esos vicios, terminan robando primeros a sus familiares, después a los vecinos, y en la media en que sucumben en el consumo de las drogas, están atracando, asaltando y matando en las calles, hasta que ellos se convierten en las víctimas.
Los ministerios de Salud Pública y de Educación deben poner atención a esta situación, porque el deporte peligroso en los últimos tiempos, es que se derrame sangre de jóvenes, que bien podrían resultar productivos para todos.
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