Esto tenía que pasar. Miley Cyrus ha traspasado la delgada línea roja que separaba su show ‘musical’ de un espectáculo erótico en toda regla. Ha ocurrido en Londres. Felaciones falsas, magreos, besos con lengua y un pene gigante es lo que ha ofrecido la cantante.
Pocos conocen sus canciones pero todos hablan de las mamarrachadas que hace en sus conciertos. La publicidadnegativa está encumbrando a Miley a las portadas de las revistas más prestigiosas pero también a las de los tabloides más detestables.
Hasta ahora en sus shows, Cyrus se contoneaba, vestía como una choni cabaretera y sacaba la lengua sin parar. Ahora va mucho más allá. En el club G.A.Y londinense, la artista ha ofrecido su show más pornográfico.
En el escenario, Miley se metía el body entre las nalgas para dejar ver su culo y se acercaba a sus seguidores para que le sobaran las piernas y el pubis a su antojo, libremente. Además, se morreó con varios fans al azar y también con las personas de baja estatura que la acompañan en su tour.
Por si estos actos de banalidad de sexo (y también de denigración de la mujer) no fuesen suficientes, Miley subió al escenario un muñeco hinchable desnudo simulando una felación. Sí, tal cual.
Por otra parte y como colofón final al festival de la vulgaridad, se montó encima de él y cabalgó en plan vaquera como si estuviera manteniendo relaciones sexuales y lo hizo de un modo más que explícito.
Al final la diva venida a menos acabó el concierto con un pene gigante entre las piernas y, como también era hinchable, la “artista” se sentó encima y empezó a restregarse como si no hubiese mañana.
Ya lo veis, una auténtica pena. Pienso que una artista se tiene que hacer respetar por su arte y su música no por estas sandeces sexuales sobre el escenario y es que, entre la edulcorada Hannah Montana y esta prefabricada Miley polémica hay demasiada distancia, ¿no os parece?
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