El yoga no es un deporte: involucra mucho más que el ejercicio físico, sino que busca también un bienestar mental y espiritual. Practicar yoga nos permite estar más sanos en todo sentido y sentirnos mejor, evitando muchos problemas y enfermedades desde el primer momento que empezamos una clase. Saber cómo el yoga cambia tu cuerpo es imprescindible para sentirnos mejor por dentro y por fuera.
Luego de una clase
Luego de tu primera clase de yoga mejorarás la función cerebral: tan solo 20 minutos pueden aumentar tu capacidad cognitiva, concentración y memoria. En investigaciones científicas, los estudiantes que practicaban yoga tenían mejores calificaciones en las pruebas que se les hacían.
Además, disminuye el estrés en el cuerpo, lo que genera también una menor creación de las proteínas encargadas de la inflamación. Y por si fuera poco, un estudio noruego dice que el yoga puede alterar la expresión génica de las células inmunes, lo que nos permite estar más protegidos contra las enfermedades.
Y lógicamente, el yoga nos ayuda a flexibilizar los hombros, la espalda baja y los isquiotibiales; aporta más fuerza y genera menor cantidad de grasa corporal que otros ejercicios.
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