El 1 de diciembre es el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, esa epidemia que desde el año 1981, fecha del primer caso diagnosticado, ha acabado con la vida de más de 25 millones de personas en todo el mundo.
Lejos de poder ponerle punto y final, el número de personas infectadas por el VIHcrece cada día, especialmente en las zonas más desfavorecidas del planeta y, como ocurre con muchas otras enfermedades, el SIDA también presenta más complicaciones en las mujeres.
Situación actual del SIDA
El SIDA es la enfermedad producida por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y lo que hace es dañar las células del sistema inmune dejando al organismo indefenso ante cualquier infección que puede presentarse. Dejamos a un lado los datos aterradores de muertes producidas por el SIDA durante estos años de desarrollo de la enfermedad.
Actualmente el SIDA ya no afecta únicamente a colectivos concretos, como ocurría en los primeros tiempos de su aparición. Considerada al principio una enfermedad propia de homosexuales y drogodependientes, muchas personas creyeron verse libres de ser infectados por el virus VIH. Nada más lejos de la realidad, porque actualmente la principal forma de contagio del SIDA es a través de lasrelaciones sexuales heterosexuales sin protección.
De esta manera, son muchas las mujeres que se han visto infectadas por el virus sin pertenecer, en principio, a ningún grupo de riesgo.
El hecho de que muchas personas aún vean esta enfermedad rodeada de una pátina de marginalidad, hace imposible un diagnóstico temprano del SIDA. En cualquier caso, hoy en día, aunque sigue siendo una enfermedad incurable, los enfermos de SIDA pueden tener una calidad de vida semejante a la de una persona sana. Los avances médicos y la aparición de los retrovirales están convirtiendo al SIDA en una enfermedad crónica con la que se puede convivir muchos años.
SIDA, pobreza y mujeres
Por supuesto, la situación cambia totalmente en los países menos desarrollados, donde el SIDA se convierte en el principal problema sanitario. En el África subsahariana el SIDA sigue causando estragos entre la población, que no tiene los recursos económicos necesarios para acceder a los tratamientos, ni tampoco los recursos culturales para adoptar las medidas preventivas.
En este caso, las mujeres se convierten en las principales damnificadas, debido al rol secundario que tienen en su sociedad, sometidas a las decisiones de los hombres también en materia de relaciones sexuales. No debe ser fácil para muchas de estas mujeres negarse a tener relaciones sexuales con su pareja si ellos no quieren usar preservativo. Como tampoco debe ser fácil conseguir un preservativo en determinadas zonas del mundo.
Sin embargo, y a pesar de la irresponsabilidad mostrada por los sectores más conservadores, el uso del preservativo es el único medio de protección frente al SIDA, ya que es una de las muchas enfermedades de transmisión sexual. No podemos y no debemos cerrar los ojos ante el avance de esta enfermedad porque es un problema de todos.
No es una enfermedad de drogodependientes, ni de homosexuales, ni del tercer mundo, cualquier persona sexualmente activa, y eso incluye a las parejas estables, corre el riesgo de infectarse por el VIH si no practica sexo seguro.
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