La estrella pop, de apenas 20 años, salió al escenario vistiendo un leotardo gris e interpretó una enérgica versión de su éxito “We Can’t Stop”. Acompañada por osos de peluche danzantes, una animada y desinhibida Cyrus logró su cometido: provocar.
Sobre el final de la canción, la artista se quitó el body y quedó con una pequeña bikini color piel. Enseguida, interpretó “Blurred Lines” junto a Robin Thicke, a quien le dedicó todo su erotismo.
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