
Como si realmente viniese de otro mundo, Miley Cyrus dio inicio a la ceremonia llegando en una nave espacial para interpretar el exitoso tema We Can’t Stop, eso sí, con mucho menos twerking que en la ya legendaria presentación de los MTV Video Music Awards y cubierta con un traje plateado con mangas. Lo que sí no cambió de aquella oportunidad fue la presencia de Robin Thicke luego de que Miley cantara. Esta vez no estuvieron juntos sino que él fue acompañado en su tema por Iggy Azalea.
Afortunadamente esa no fue la única puesta en escena de la ex -muy ex- Hannah Montana…
Para complacer a muchos, subió nuevamente para cantar Wrecking Ball, en lo que fue un sentido performance acompañado por unos visuales precisamente de ella llorando. Miley lució un sexy traje blanco pero sin dudas, la mayor atención se la llevó la emoción que puso al interpretar el tema que supuestamente le dedicó a Liam Hemsworth. Con esa canción fue que la cantante se llevó el premio como video del año. El exitoso y comentado visual dirigido por Terry Richardson. Una vez en el podio para agradecer, Cyrus encendió -casi literalmente- la controversia… Y es que aprovechando el hecho de que en Ámsterdam es legal el consumo de marihuana, Miley Cyrus decidió celebrar su triunfo sacando de su cartera Chanel un cigarrillo de cannabis y encenderlo.
“Creo que mi premio no cabrá en mi bolso. Primero que nada quiero agradecer a todos mis fans, a toda la gente que hizo esto posible, que estuvo junto a mí. Buenas noches Ámsterdam”, expresó durante su agradecimiento.
Naturalmente las redes sociales explotaron comentando el acto de la joven, quien una vez más se corona como la reina del evento al que asiste
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